Bienvenidos, Dios te bendiga!

Nuestra lucha no es contra carne y sangre

Mujer, Guerrera de Dios, es necesario e imprescindible que comprendamos la manera en la cual hemos sido llamadas a pelear las batallas.
Nuestra lucha no es contra carne y sangre

Efesios 6:12
"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".

Por lo cual nuestra lucha, nuestra batalla no es con las personas, sino que es espiritual, es contra lo que opera o influencia a esa persona, y cabe señalar que en ocasiones también puede influenciar nuestras vidas y llevarnos a su terreno para desenfocarnos y así hacernos perder la batalla.

Esta es la razón por la que debemos pedir al Señor discernimiento de espíritus, no don de sospecha, no se trata de andar tipo detectives con predisposición hacia los demás.

Ahora, ¿de qué manera trata el enemigo de desenfocarnos?

Un ejemplo de ello es cuando nos lleva a emprender una guerra frontal contra nuestros esposos (en el caso de las casadas). Cuando nosotras sacamos nuestras espadas para azaetar, para herir, para dañar a nuestros cónyuges, el enemigo ha logrado su cometido.

La Palabra nos enseña:

Proverbios 14:1

"La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba".

Nuestras espadas se deben utilizar para en Oración, en Intercesión quebrantar lo que está operando en nuestro cónyuge, esa es la manera en que ganamos la batalla, en que logramos alcanzar la victoria, y al vez usted pensará y dirá que no es fácil, pues yo le recuerdo, es una guerra, ninguna guerra es fácil.

Pero si le pedimos al Espíritu Santo de Dios que nos guíe, que nos enseñe a manifestar su fruto: que es amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe mansedumbre y la templanza, veremos a nuestros enemigos caer.
Si emprendemos una guerra campal contra nuestros esposos, estamos de plano perdiéndola.
Así mismo sucede en cualquier tipo de relación, tanto con los hijos, como con familiares, relaciones laborales, etc. Es el mismo principio.
Los diseños que dicta el sistema del mundo están contrarios a la voluntad de Dios, y recuerda que la Voluntad de Dios, Nuestro Padre, es buena, agradable y perfecta; Él quiere que seamos bendecidas, que seamos prosperadas, y que nos desarrollemos hasta alcanzar nuestro máximo potencial.
Él instituyó la familia, antes que la iglesia. Por eso los planes, los diseños del mundo incitan a la destrucción familiar.

¿Cómo?

Iras, peleas, pleitos, contienda, sembrando discordias, resentimiento, falta de perdón, pensamientos de auto justificación, auto conmiseración, rechazo, soledad, aislamiento, tristezas, desesperanzas, frustración, entre muchas otras.

Seamos realistas, a nadie le gusta una persona rencillosa, que todo el tiempo esté de mal humor, que viva de continuo quejándose, manipulando.

Es tiempo de que la Palabra surta su efecto, es una espada de doble filo. Tomemos lo que nos corresponde antes de aplicarlo a otros.

En este momento te invito a que juntas realicemos una oración.

Isaías 1:18 Dios Habla Hoy (DHH)

"El Señor dice:
«Vengan, vamos a discutir este asunto.
Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo,
yo los dejaré blancos como la nieve;
aunque sean como tela teñida de púrpura,
yo los dejaré blancos como la lana".

Oremos:

Señor Jesús, en este día vengo delante de tu presencia, me pongo en la brecha, te pido que me perdones, porque en ocasiones me he desesperado y he actuado en mis fuerzas, tratando de cambiar las cosas a mi manera y no según tu voluntad, la cual es buena, agradable y perfecta, pero en este momento te pido perdón, y me alineo a tu voluntad.

Determino dejarme guiar por tu Espíritu, determino caminar en fe, llamando las osas que no son como si fuesen, Padre te entrego mi causa, para que juzgues con justicia y equidad.

Ahora, declaro mi armadura reforzada, sin abolladuras, sin fisuras, declaro que mis pensamientos, mi mente están cubiertos por el yelmo de la salvación, mi corazón está blindado y protegido por la coraza del justicia, mis pies están calzados con el apresto del evangelio de la paz, para caminar la senda de Cristo, para ir tras sus pisadas sin desviarme, tomo el escudo de la fe, para apagar cada dardo de fuego del enemigo, y tomo la Espada del Espíritu, para quebrantar todo espíritu inmundo, para anular toda acta de decretos contraria a la Palabra de Dios, todo aquello que busca la manera de desenfocarme y hacerme resbalar del propósito según mi Padre me creó en esta hora es derribado y destruido, queda sin efecto.

Me levanto en fe, declaro que la situación que estoy atravesando no me hará retroceder, sino que la enfrento en acuerdo con el Espíritu Santo y salgo victoriosa.
Mi familia es propiedad del Señor Jesús, los que no le conocen vendrán a Sus pies,

Mi familia es cubierta por la Sangre del Cordero de Dios.

Satanás no tienes parte en mi vida, si viene por un camino por siete tiene que huir, ahora queda al descubierto y huyes avergonzado.

En el nombre que es sobre todo nombre, en el Poderoso y Glorioso nombre de Jesucristo, aquel que le venció en la cruz del calvario, que le exhibió públicamente triunfando sobre el, en ese nombre me levanto como guerrera de Cristo, no le daré ni una pezuña a satanás, ni a el ni a sus demonios.

Cae ahora todo plan malo, se disipa toda sombra de tinieblas, se desbaratan los planes del enemigo contra los míos.

Hoy yo me determino caminar bajo el poder del Espíritu, hoy determino vivir en el Espíritu y y no satisfacer los deseos de la carne, no me pertenecen la muerte eterna, ni la pobreza ni la enfermedad, pues Cristo las conquistó para mi en la cruz del Calvario.

Hoy camino sobre las promesas de Dios para mi vida.

Gracias Señor porque tu estás formando mi carácter, equipándome para la batalla, para ser una vencedora, para vivir de victoria en victoria, gracias Señor amado, te alabo, te adoro te exalto mi amado Jesús.

Gracias Espíritu Santo, se mi guía, te necesito.
En el nombre de Jesús. Amén, amén y amén.

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